Los pumas sobreviven en la naturaleza usando su sigilo y poder para aprovecharse de otros animales. Sus largas patas traseras son ideales para saltar y correr, y sus poderosas mandíbulas y grandes patas con garras retráctiles les permiten para agarrar y mantener la presa.
Los pumas son depredadores obligados, lo que significa que su dieta es exclusivamente de carne. Su presa principal consiste en especies de ciervos grandes, como el venado de cola blanca, el ciervo mula y el alce, pero también atacan a las ovejas de borrego cimarrón, caballos salvajes y animales domésticos como el ganado, ovejas y caballos. Cuando los animales grandes no están disponibles, los pumas se alimentan de casi cualquier animal que puedan atrapar, incluidos castores, mapaches, liebres, ratones, aves, reptiles e insectos. El puma suele ser un depredador de la emboscada, que acecha o acecha a su presa antes de saltar de la cubierta y entregarle un mordisco asfixiante en el cuello. Cuando un puma mata a un gran ungulado, lo arrastra hasta un lugar seguro, lo cubre con follaje y lo repite una y otra vez durante días.
Los pumas son animales solitarios y usualmente evitan ser vistos por humanos. Después de aparearse, las pumas hembras crían a sus cachorros solas. Son muy protectores y están dispuestos a atacar a animales tan grandes como los osos negros para garantizar la seguridad de sus cachorros. Una vez que los cachorros son destetados, su madre les enseña lenta y metódicamente a cazar. Cuando tienen alrededor de 2 años, se van solos. Los pumas generalmente viven entre 8 y 13 años en la naturaleza. Las causas más frecuentes de muerte incluyen enfermedades, discapacidades, accidentes, inanición, encuentros con otros pumas y la caza humana.