Las úlceras por presión en las nalgas se tratan con el cuidado adecuado de la herida y con el reposicionamiento para eliminar la fuente de presión, afirma ClinicalKey. Las úlceras por presión en los glúteos se deben a largos períodos de presión ininterrumpida en la piel, tejidos blandos, músculos y huesos.
Hay cuatro etapas de las úlceras por presión, según ClinicalKey. La primera etapa es el enrojecimiento de la piel, y la segunda etapa es la pérdida parcial de piel de la epidermis y la dermis. La tercera etapa es la pérdida de piel de espesor total que involucra el tejido subcutáneo. La cuarta etapa involucra músculo y hueso.
La prevención es el factor más importante en el manejo de las úlceras por presión, explica ClinicalKey. Para heridas necróticas, profundas y de mala curación, puede ser necesario el desbridamiento quirúrgico. Si hay infección del tejido blando o del hueso, se necesitan antibióticos.
Las úlceras por presión se desarrollan en personas con silla o en cama, pacientes ancianos, pacientes hospitalizados y personas con lesiones de la médula espinal, señala ClinicalKey. Aquellos que están más predispuestos a desarrollar úlceras por presión son pacientes con afecciones que causan una mala cicatrización de la herida, como diabetes e insuficiencia nutricional, y aquellos con afecciones que causan baja tensión de oxígeno en los tejidos. Las personas con incontinencia fecal o urinaria también son más propensas a desarrollar úlceras por presión, ya que la orina y las heces actúan como irritantes de la piel para romper la piel.
El uso de colchones de espuma viscoelástica puede ayudar a prevenir las úlceras por presión, afirma la Clave Clínica. Las personas con riesgo de sufrir úlceras por presión deben someterse a inspecciones y limpiezas regulares de la piel, y deben evitar la hidratación en las prominencias óseas.