Para limpiar la piel que ha estado en contacto con la gasolina, retire cualquier prenda de vestir o accesorios contaminados, incluidos los artículos de cuero como relojes o zapatos. Seque la piel para eliminar el exceso de gasolina. Lave la piel contaminada con agua tibia y limpie suavemente el área con un jabón no abrasivo.
Después de limpiar el área afectada durante aproximadamente 5 minutos, limpie toda la ropa u otros materiales que hayan estado expuestos a la gasolina antes de volver a usarlos. Los artículos que no se limpian antes de reutilizarse pueden volver a depositar la gasolina en la piel. La exposición prolongada a la gasolina a través del contacto con la piel puede irritar la piel y exponer a la persona al riesgo de inhalación. La inhalación de gasolina puede irritar la garganta y la nariz y causar dolores de cabeza, mareos y náuseas. En casos severos, puede dañar el sistema nervioso.