Si bien los orangutanes tienen pocos depredadores naturales, estos simios arbóreos son capaces de defenderse cuando lo necesitan, usando sus dientes afilados y su fuerza excepcional. Viven en los árboles de las islas de Sumatra y Borneo, y permanecen A salvo de depredadores terrestres como tigres y leopardos nublados.
En casos raros, se sabe que los orangutanes muerden a humanos que intentan dañar a sus crías o invadir sus nidos.
Sin embargo, en general, los orangutanes son criaturas relativamente pacíficas, que prefieren vivir entre las copas de los árboles sin ser molestados. De hecho, rara vez comen carne y subsisten principalmente de frutas, tallos de palmeras, hojas y otra vegetación.
Los humanos representan la mayor amenaza para los orangutanes. Destruyen el hábitat de los simios, lo que disminuye su suministro de alimentos y su refugio. Las selvas tropicales donde viven los orangutanes están despejadas para obtener madera y aceite de palma o para el cultivo de cultivos. Además, los caminos construidos en el bosque cortan el hábitat de los orangutanes a la mitad, ya que los simios se muestran reacios a cruzar áreas de tierra despejadas. Los humanos cazan a los orangutanes por comida o los capturan para venderlos en zoológicos de mala reputación o para mantener a los jóvenes como mascotas.
Los orangutanes son capaces de usar una serie de materiales como herramientas, desde hacer paraguas de hojas para protegerse de los aguaceros hasta usar palos para alimentarse.