Los diferentes tipos de bacterias utilizan diversos mecanismos para navegar por sus entornos. Estos métodos de movimiento incluyen el uso de apéndices, como flagelos y píldoras, el uso de propulsión química y la unión de otras bacterias como parte de un biofilm.
Un flagelo es una cola similar a un látigo utilizada por algunas bacterias. Su movimiento de hélice permite que la bacteria se incline hacia adelante. Las píldoras son apéndices parecidos a pelos que cubren la superficie de una bacteria. Las superficies de agarre y ayudan a las bacterias a moverse a través de ellas.
Las bacterias que usan productos químicos para moverse lo hacen de dos maneras: excretando el limo y usando la quimiotaxis. El limo bacteriano ayuda a la bacteria a rezumarse hacia adelante, mientras que la quimiotaxis utiliza señales químicas en el ambiente para avanzar pasivamente. Cuando las bacterias usan la quimiotaxis, son atraídas hacia el químico en particular que necesitan. Cuando la señal química ya no está presente, las bacterias dejan de moverse.
Las biopelículas son grandes grupos de bacterias que producen una película delgada. Las bacterias que forman un biofilm se mueven juntas en un patrón definido, conservando la integridad de la película. Algunas biopelículas permanecen estacionarias y se adhieren a los objetos en lugar de moverse como un grupo. Las biopelículas también están implicadas en enfermedades bacterianas humanas, como la placa dental y la enfermedad de las encías, infecciones del tracto urinario e infecciones cardíacas.