Cada cultura tiene sus propias costumbres para las relaciones interpersonales, pero una de las reglas básicas para la interacción que se ha mantenido en todas las culturas es la importancia de tratar a los demás de la forma en que uno quiere ser tratado. Siguiendo eso El principio es más difícil de lo que parece, pero si uno observa los errores que las personas han cometido al tratarse entre sí a lo largo de la historia, todos violan ese principio.
Cuando uno decide tratar a los demás de la forma en que quiere ser tratado, hay mucha autodisciplina que entra en juego. En primer lugar, el deseo de venganza es algo que uno ya no puede satisfacer. Si alguien recibe una ofensa, uno de los primeros impulsos es tomar represalias contra la persona que cometió esa ofensa; sin embargo, nadie quiere ser objeto de venganza, por lo que actuar de acuerdo con este principio significa trabajar para encontrar un terreno común y perdonar.
Algunas de las tragedias griegas antiguas giran en torno a la falta de voluntad de las personas para ponerse en el lugar de los demás cuando toman decisiones relacionadas con esa persona. Por ejemplo, la obra de Esquilo "Agamenon" involucra a un rey griego que sacrifica a su hija para que pueda obtener los vientos que necesita para navegar en la guerra de Troya. Simplemente ponerse en los zapatos de su hija o de su esposa podría haberlo ayudado a tomar una decisión más ética.