Elimine la lechada seca de las baldosas de cerámica con un implemento de madera dura, agua y una almohadilla de plástico. Una vez que la lechada se cura, se vuelve mucho más difícil de eliminar, pero la mayoría de las lechadas se pueden quitar con una ligera abrasión, usando Agua para proporcionar lubricación. La lubricación ayuda a proteger el acabado de la baldosa.
La herramienta preferida para el proceso es una pieza delgada de roble u otra madera dura con un extremo cuadrado. El proceso comienza con humedecer la lechada con agua limpia. Las superficies deben permanecer mojadas durante todo el proceso. Después de permitir que la baldosa se remoje por unos minutos, use la herramienta de roble para presionar contra la lechada seca.
Después de eliminar la mayor parte del material, a menudo queda una bruma en la cara de la baldosa. Friegue esta bruma con un estropajo de plástico y agua. Una vez que el lavado suelta la lechada de la superficie, use toallas absorbentes para limpiar y secar la superficie. El proceso a menudo requiere alternar el proceso de fregado y secado varias veces para eliminar todo el material.
Al eliminar la lechada seca de las baldosas, es esencial que los propietarios eviten la tentación de usar herramientas de metal o lana de acero. Mientras que tales objetos eliminan rápidamente la lechada, dejan rasguños en la superficie de la baldosa, y la única forma de repararlos es reemplazando la baldosa.
