Los guepardos se comunican a través del olor, el sonido y la postura del cuerpo. Los guepardos detectan la presencia de otros guepardos en su área al oler la orina o las heces que quedan en los árboles, las rocas y los montículos de termitas. Al oler tales sustancias, los guepardos pueden determinar la salud y el estado reproductivo del gato que los dejó. Los guepardos también se comunican con otros de su especie a través de una variedad de vocalizaciones y con posturas de sumisión o intimidación.
A diferencia de otros grandes felinos, como los leones y los tigres, los guepardos no pueden rugir. En cambio, sus vocalizaciones toman la forma de chirridos, chillidos y gruñidos. Los guepardos emiten gemidos o gruñidos cuando están asustados o alarmados y pueden sisear cuando están irritados.
Los guepardos no son gatos muy sociables, por lo que no necesitan muchas formas de comunicación. La mayor parte de su comunicación se produce entre hombres que viajan juntos temporalmente, parejas y madres y sus crías. Las hembras solo se asocian con sus cachorros o machos durante encuentros muy breves de apareamiento.
Los guepardos típicamente viven entre 12 y 14 años en la naturaleza. Las hembras de guepardo alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los 18 meses de edad. Las hembras de guepardo dan a luz a camadas de dos a seis, y las crías permanecen con su madre durante aproximadamente un año antes de buscar su propio territorio. Los machos no juegan ningún papel en la crianza de los jóvenes.