La tabla periódica organiza los elementos conocidos en orden de aumentar el número atómico, que generalmente coincide con el aumento de la masa atómica. Las diferentes filas de la tabla se conocen como puntos. El número de período asignado a cada elemento significa el nivel de energía más alto que un electrón dentro del elemento ocupa en un estado no excitado.
Muchos de los elementos de la tabla periódica pueden clasificarse como metales o no metales. Los elementos metálicos son típicamente buenos conductores tanto de calor como de electricidad. Los elementos pueden clasificarse además como metales alcalinos, metales alcalinotérreos, metales de transición, tríadas metálicas, halógenos, gases nobles, lantánidos y actínidos, dependiendo de sus propiedades.
La tabla periódica es una disposición tabular de todos los elementos químicos conocidos. La tabla consta de cuatro bloques rectangulares, los bloques S, P, D y F. Los elementos metálicos se agrupan en el lado izquierdo de la tabla con los no metales que ocupan el derecho.
La tabla proporciona los medios para derivar relaciones entre las propiedades de diferentes elementos, así como para predecir las propiedades de elementos nuevos y no descubiertos. Los primeros 94 elementos en la tabla existen de forma natural, aunque algunos solo se encuentran en cantidades traza. Los laboratorios han sintetizado los elementos 95 a 118, y los estudios han demostrado que los elementos 95 a 100 existieron una vez en estado natural.