Cuando es hora de aparearse, las ranas se reúnen en un cuerpo de agua. Los machos llegan primero y llaman hembras al sitio. En el acto reproductivo, el macho monta a la hembra y fertiliza los huevos a medida que la hembra los libera. En algunas especies, los adultos abandonan los huevos.
Un tipo de reproducción, conocida como reproducción prolongada, involucra ranas que se reúnen anualmente en lagos, arroyos o lagunas. A menudo, un gran número de ranas migran de regreso a los cuerpos de agua donde fueron concebidas y se convirtieron en larvas. En tales casos, los machos adquieren territorios que defienden de otros machos. Cuando croan para atraer a las hembras, las ranas más grandes tienden a tener voces más profundas que las ranas más pequeñas, y éstas atraen a las hembras más fácilmente que las ranas más jóvenes y más pequeñas. A veces, los machos conocidos como satélites vagan sin territorio e interceptan a las hembras o toman los territorios abandonados por los extenuantes machos que llaman.
Algunas especies se consideran reproductores explosivos y convergen en grupos de reproducción adecuados cuando un macho los encuentra. En estos casos, las ranas croan al unísono para crear un ruido muy fuerte. A veces las condiciones pueden no ser correctas y las ranas pueden pasar de dos a tres años sin aparearse.
Una vez que los huevos son fertilizados, flotan libremente, se adhieren a las plantas o se hunden en el agua. Los renacuajos salen de los huevos dentro de unos días a una semana. Dependiendo de la especie, en unos pocos meses o pocos años, los renacuajos se transforman completamente en ranas, desarrollan pulmones y extremidades, pierden sus colas y alteran sus mandíbulas y sistemas digestivos.
