Las ranas tienen muchas adaptaciones que les permiten vivir en la tierra y el agua. Estos incluyen pulmones, piel porosa y regeneradora, visión superior, pies palmeados y excreción de moco.
Las ranas pueden respirar a través de su piel o usando sus pulmones. El oxígeno del aire o el agua se disuelve en la delgada piel de la rana y se difunde a través de las paredes de los capilares sanguíneos hacia el torrente sanguíneo. Cuando están en tierra, las ranas pueden respirar a través de sus pulmones simultáneamente con su piel. Los pulmones son una forma mucho más eficiente para que las ranas adquieran oxígeno. Las ranas no tienen que respirar rítmicamente como lo hacen la mayoría de los animales, en lugar de eso, toman oxígeno solo cuando es necesario. Las ranas tienen válvulas nasales para evitar la entrada de agua en los pulmones cuando nadan.
La piel de una rana está cubierta con un moco protector para evitar que se seque. Las ranas reemplazan su piel semanalmente retirando la piel vieja para revelar una nueva piel debajo. Este proceso de regeneración asegura que la piel se mantenga suave y cubierta con el moco protector.
Las ranas tienen patas palmeadas que les permiten moverse a través del agua de manera más eficiente. Sus fuertes patas traseras les ayudan a nadar y saltar de manera más eficiente. Tienen una excelente visión que les permite ver en malas condiciones, como el agua turbia y la noche.