La intensa presión atmosférica y las altas temperaturas de Júpiter evitarían la habitación humana en todo el planeta. Estas condiciones aplastarían y fundirían a los humanos y la tecnología hecha por el hombre. Químicamente, la composición atmosférica del planeta de hidrógeno y helio es similar a la del sol. Júpiter no tiene superficies sólidas y experimenta un clima extremo, ilustrado por la Gran Mancha Roja de 300 años, una tormenta que ha estado azotando el planeta durante siglos.
Aunque en las partes más bajas de la atmósfera de Júpiter, la temperatura y la presión de la superficie son similares a las de la Tierra, la capa existe entre las temperaturas de la atmósfera externa de menos de 260 grados Fahrenheit y los océanos interiores de más de 15,000 grados Fahrenheit. El fuerte campo magnético de Júpiter corre el riesgo de dañar naves espaciales cercanas, lo que hace que la exploración humana sea difícil y arriesgada. En 1995, cuando la NASA lanzó una sonda espacial en la atmósfera de Júpiter, la sonda viajó unas 100 millas a la atmósfera de Júpiter durante 57 minutos antes de que la presión la aplastara y el calor la vaporizara. Aunque los científicos dudan de la posibilidad de vida que haya existido en Júpiter, creen que su luna Europa, que contiene agua líquida debajo de su superficie congelada, puede ser adecuada tanto para la vida indígena como para la habitación humana. Otras lunas de Júpiter también pueden ser adecuadas para la vida humana.