Las creencias subyacentes de la Iglesia Católica Romana, como la existencia de la Santísima Trinidad, la resurrección de Jesús y el rito del bautismo como una necesidad para la salvación, son consideradas por la Iglesia como verdad divinamente revelada e inmutable. Sin embargo, algunas costumbres y enseñanzas han cambiado a lo largo de los siglos, como si los sacerdotes pueden casarse, abstenerse de comer los viernes y presentar la misa en latín.
Los cambios en la sociedad y la interpretación de las Escrituras han llevado a que ciertas enseñanzas de la Iglesia Católica Romana evolucionen con el tiempo. La Iglesia una vez prohibió la usura, el cobro de intereses sobre préstamos, pero ahora permite la práctica. La práctica de la esclavitud, una vez condonada, fue condenada cuando la Iglesia reconoció a los esclavos como completamente humanos.
Las costumbres dentro de la Iglesia también han evolucionado con el tiempo. En la Iglesia primitiva, los hombres casados podían ser ordenados como sacerdotes. La Iglesia cambió esta práctica en el siglo X, y ahora los candidatos al sacerdocio deben ser solteros y célibes.
El Concilio Vaticano II, o el Concilio Vaticano II, celebrado a principios de la década de 1960, hizo muchos cambios en las prácticas de la Iglesia. Antes del concilio, las masas alrededor del mundo se celebraban en latín. El Vaticano II cambió el idioma de la misa al lenguaje popular de la comunidad local. A los laicos también se les dio un mayor papel en la Iglesia, que hasta ese momento era una jerarquía estricta.