Los delfines comienzan a comunicarse desde el nacimiento a través de graznidos, silbidos, chasquidos y chirridos, según National Geographic. Los miembros de una vaina a veces vocalizan en diferentes patrones simultáneamente, al igual que las personas que tienen diferentes conversaciones en una fiesta.
Los delfines son mamíferos inteligentes que se agrupan en grupos llamados cápsulas para realizar tareas. Aparte de la comunicación verbal, los delfines también se comunican de forma no verbal a través de palmadas, soplos de burbujas, caricias de aletas y otros gestos corporales. Los científicos creen que los delfines hablan de muchas cosas, como su edad y estado emocional. También piden ayuda cuando necesitan respaldo en situaciones difíciles. Por ejemplo, un delfín manchado que fue acorralado por dos delfines mulares el día anterior regresó al día siguiente con algunos amigos para ahuyentar a los delfines mulares, dice Denise Herzing, quien estudia los delfines en las Bahamas.
Los delfines hablan de una manera distinta, aunque no tienen cuerdas vocales, según PawNation. Usan "labios" especiales en sus fosas nasales para producir sonidos. El empujar el aire a través de estos labios hace que los tejidos vibren, formando sonidos a frecuencias variables. Los delfines producen ruidos diferentes en patrones similares a las palabras en idiomas humanos, aunque los científicos aún no han podido decodificar su idioma por completo. Cada delfín tiene un "silbato de firma" que lo hace único de otros delfines. Esta vocalización especial permite a los delfines identificar a otros delfines sin vista.