Las manchas de cobre se pueden quitar con cualquier cosa que sea ácida. Los ácidos rectos son los mejores para eliminar estas manchas; sin embargo, los productos químicos domésticos también se venden para este propósito.
El cobre puede obtener manchas azules o verdes, debido a la oxidación. La humedad, la temperatura y el nivel de contaminación causan la oxidación del cobre. Las manchas solo están en la superficie y no hacen que el material se debilite. Se vuelve más difícil eliminar las manchas cuando están presentes durante un período prolongado, ya que se asientan en el material. Se debe evitar mezclar productos químicos que contienen amoníaco con lejía, ya que esta combinación produce una reacción química.