El reciclaje ahorra dinero al reducir los costos de producción durante la fabricación mediante el uso de materias primas ya recolectadas. Esta reducción se debe a la reducción de los costos de envío, el ahorro en espacio de eliminación y el ahorro en la cantidad de energía requerida para extraer o fabricar nuevas materias primas para su uso.
Además de las reducciones de costos directos durante la fabricación, el reciclaje tiene varios beneficios secundarios que reducen los costos. Los materiales de reciclaje, como el cartón, el papel, el vidrio o el metal, eliminan la necesidad de crear nuevos materiales para la producción, lo que permite la conservación de materias primas para su uso futuro cuando no haya materiales reciclados disponibles. Esto reduce los precios de las materias primas a medida que se extiende su uso, evitando la escasez.
Otro beneficio secundario del reciclaje es una reducción de la contaminación causada por la recolección o creación de las materias primas necesarias para la fabricación. El uso de plástico reciclado, por ejemplo, reduce la necesidad de utilizar reservas de petróleo adicionales, lo que reduce la posibilidad de derrames de petróleo. Esto a su vez reduce el costo de limpieza relacionado con un derrame. El mismo efecto se observa con el papel o el cartón reciclados, lo que reduce la necesidad de deforestación, lo que conlleva una reducción de los costos de replantación de árboles para su uso posterior. La fabricación de papel a partir de fibras recicladas también reduce la contaminación del agua y la contaminación del aire relacionada con la creación de papel a partir de madera en bruto. Esto a su vez reduce el costo de la limpieza ambiental.