Los piercings en la lengua pueden dañar los tirantes o impedir su éxito. La perforación puede golpear los frenillos o los dientes y romperlos, ya sea durante el sueño o mientras habla. La perforación de la lengua también puede hacer que los frenos sean menos efectivos al interferir con el movimiento de los dientes y causar brechas en los dientes.
Las perforaciones de plástico o caucho tienen menos probabilidades de dañar los dientes o los aparatos ortopédicos que las perforaciones de metal. El tamaño de las joyas también es importante, ya que es menos probable que las joyas más pequeñas golpeen los dientes y causen daños. Los piercings hechos más atrás en la lengua también tienen menos probabilidades de golpear los dientes. Si se dañan los aparatos ortopédicos, se ralentiza el proceso de ortodoncia. Existe el riesgo de lesiones en el labio, la lengua o las encías debido a que la perforación se atasca en los frenos.
La Asociación Dental Americana recomienda no perforar el área de la boca, incluida la parte interna, debido a la posibilidad de complicaciones. Los efectos secundarios pueden incluir pérdida de gusto o sensación. Los piercings en la lengua pueden hacer que las encías retrocedan.
Los piercings en la lengua también conllevan un riesgo de infección y causan hinchazón, que suele durar entre 10 y 14 días después del procedimiento. Las joyas deben mantenerse debido a la rapidez con que la lengua puede sanar. La perforación demora entre tres y cuatro semanas en recuperarse por completo, pero si se quitan las joyas, la perforación puede cerrarse en cuestión de horas.