El sentido del olfato complementa el sabor de los alimentos, formando el sabor percibido de los alimentos en el cerebro. Las condiciones anormales, como tener un resfriado, distorsionan este sentido del sabor, afirma la Sociedad Neurociencia.
Las papilas gustativas detectan los saborizantes, los químicos responsables de cómo sabe la comida. Ubicadas en el paladar y en la parte posterior de la boca, las papilas gustativas detectan sales, azúcares y ácidos, enviando impulsos a los sectores del gusto en el cerebro a lo largo de los nervios craneales. Desde el tronco cerebral, los impulsos viajan al tálamo y luego a la corteza cerebral. Estos mensajes hacen que el que come se percate del sabor percibido de la comida, de acuerdo con la Society for Neuroscience.El olfato es una percepción sensorial controlada por odorantes, moléculas en el aire detectadas por células sensoriales en el revestimiento del pasaje nasal. Los odorantes estimulan las proteínas receptoras, induciendo una respuesta neural en los cilios ubicados en los extremos de los nervios sensoriales en la membrana mucosa. Los odorantes tienen su propio patrón de actividad y son capaces de estimular más de una neurona sensorial. El patrón de actividad enviado al bulbo olfativo desarrolla un patrón percibido del olor. La información enviada por las neuronas sensoriales se transmite a la corteza olfatoria en el lóbulo orbital frontal. Los mensajes de sabor y olor se funden y detectan el sabor de la comida, dice la Sociedad de Neurociencia.