En la década de 1950, los niños usaban ropa conservadora y de corte limpio. El algodón, la pana, el denim y la franela eran telas populares, y los patrones de cuadros y cuadros a cuadros se veían ampliamente.
La ropa típica para niñas en la década de 1950 consistía en vestidos de algodón adornados con volantes y collares. Plaid, rayas y guinga eran patrones de tela comunes. Los vestidos de las niñas mayores eran ligeramente más sutiles, cortados en líneas más simples y al menos hasta la rodilla. Detalles como pliegues, bolsillos y cinturones también fueron populares. Las faldas tendían a ser llenas y circulares, especialmente para ocasiones más festivas. Las blusas eran blusas, suéteres o chaquetas, que a menudo reflejaban lo que era popular en la moda femenina en ese momento, como los estilos de bolero y los bordes festoneados. Los pantalones vaqueros de mezclilla y los pantalones cortos de las Bermudas eran populares para las niñas más jóvenes activas. Los estilos inspirados por los marineros surgieron en la segunda mitad de la década.
Los niños pequeños generalmente usaban pantalones cortos, tirantes o pantalones. Estos fueron emparejados con camisas de botones en cuadros o franela o suéteres coloridos. Chalecos, así como camisas de estilo occidental también fueron populares. La pana y el denim eran tejidos típicos para pantalones y chaquetas. Los niños mayores llevaban chaquetas de letras y abrigos deportivos. A fines de la década de 1950, los patrones de argyle y los chalecos y suéteres de muy buen gusto aparecieron en gran medida. El final de la década también fue testigo de la llegada de más colores vibrantes a la ropa de los niños.