Los gatos tienden a odiar los olores que tienen un olor a cítricos, amoníaco, pimienta o cayena, según la Universidad de Vermont. Un gato también odia cuando el olor de su caja de arena está demasiado cerca de su comida, según la Humane Society.
Una solución simple para evitar accidentes implica mantener la caja de arena en un área separada, lejos de la comida del gato. Cuando los propietarios de casas desean mantener a los gatos fuera de los jardines o habitaciones particulares de la casa, la pimienta o la cayena se pueden propagar por la zona, así como productos con aroma a cítricos o amoníaco, como el aceite de limón. Esto mantendrá alejados a los gatos de forma natural y segura.