Durante una ceremonia de bautizo, los padres y los padrinos llevan a un niño ante un ministro o sacerdote, y se vierte agua sobre su cabeza para limpiar el pecado original. Los padres y los padrinos juran que pretenden ser una influencia positiva en la vida del niño. Luego, el ministro o el sacerdote firma un certificado que documenta la ceremonia. Una fiesta normalmente se lleva a cabo después, y se dan regalos a la familia.
Las ceremonias de bautizo también se conocen como bautismos, y el proceso varía según los grupos cristianos. Durante la ceremonia, los padrinos también prometen su intención de cuidar al niño si algo les sucede a los padres. Cada miembro lleva una vela a lo largo del rito ceremonial. El certificado de bautismo sirve como una pieza sentimental para los padres y se considera un documento oficial.
La importancia de los bautismos varía según la denominación. Por ejemplo, los luteranos sostienen que el bautismo es un mandato de Dios, mientras que los metodistas creen que es más simbólico y no elimina literalmente el pecado. El bautizo es considerado un santo sacramento dentro de la Iglesia Católica, ya que Jesucristo adoptó la ceremonia para dar gracia a los iniciados. La cantidad de agua que se utiliza depende de la secta. En algunos casos, se utilizan rociadas de agua, pero otros grupos de la iglesia prefieren la inmersión parcial o total en el agua.