Según el principio de exclusión competitiva, también conocida como Ley de Gause, si dos especies ocupan el mismo nicho, inevitablemente compiten por el dominio de este nicho hasta que una de ellas provoca la extinción de la otra. En situaciones de la vida real, es común que un competidor se encuentre en desventaja en términos de asegurar el control del nicho ecológico y que ese competidor divida y adopte un nuevo nicho.
Cuando dos especies que ocupan el mismo nicho eliminan parte de la necesidad de competir divergiendo sus nichos, pueden llegar a existir simultáneamente. Las especies pueden adaptarse a nuevos nichos buscando una fuente diferente de alimento o alterando su lugar de residencia principal. De acuerdo con la ecuación de Lotka-Volterra, la competencia dentro de cada especie viene a predominar sobre la competencia entre las dos especies diferentes a medida que sus dos nichos divergen. Hay muchos factores que influyen en la cantidad de diferenciación de nicho que se requiere para permitir que dos especies coexistan en nichos superpuestos. Algunos de ellos incluyen qué tan similares son las dos especies, cuánta variación hay dentro de cada especie, qué tipo de ambiente están ocupando y qué tipo de recursos están compitiendo por.