Según el país filipino, la cultura filipina otorga el mayor valor a la familia. A los niños se les enseña a respetar a sus padres y ancianos desde una edad muy temprana. El padre también es considerado el jefe de familia y el principal proveedor.
La madre es responsable de inculcar valores en los niños del hogar y de atender sus necesidades emocionales. También es común que los padres filipinos vivan con sus hijos e hijas más adelante en la vida. Los valores familiares filipinos también indican que a los niños no se les permite oponerse a sus padres o hermanos mayores. En las familias filipinas conservadoras, se espera que los niños coloquen la mano de un anciano en la frente y saluden al miembro de la familia mayor diciendo "mano po".