Los cambios demográficos son la dinámica en las estadísticas cuantificables de una población dada. La demografía busca entender los cambios de la población investigando componentes demográficos como el género, la edad, la etnia, la propiedad de la vivienda, la movilidad, las discapacidades, el idioma. Conocimiento, situación laboral y localización. Estos elementos y cómo cambian constituyen información vital sobre la población de un lugar determinado y su cultura.
La demografía examina la relación de los cambios a través de muertes, nacimientos y migraciones en la composición demográfica, con el entorno natural y con el cambio social y económico. Los indicadores demográficos pueden incluir el tamaño de la población, la tasa bruta de natalidad, la tasa de crecimiento de la población, la tasa bruta de mortalidad, la tasa de fertilidad, la esperanza de vida y la mortalidad infantil. También se podrían incluir distribuciones de género y edad estimadas y proyectadas en relación con las tasas de fertilidad. El impacto del cambio demográfico se considera uno de los desafíos más importantes para el futuro.
Los cambios demográficos influyen en todos los aspectos de la actividad humana, incluidos los económicos, sociales, políticos y culturales. Por ejemplo, la distribución por edades de una población tiene una influencia abrumadora en las necesidades de atención médica. Esto se reconoce especialmente en el Reino Unido, donde la asignación de recursos del NHS se basa en la capitación ponderada por edad. A nivel local, la demanda de servicios de atención médica puede incluso estar más basada en la edad que la permitida por la fórmula nacional de capitación, donde es más probable que los ancianos sean admitidos y por más días de estadía. Es más probable que el envejecimiento de la población ejerza una presión considerable sobre los programas de gasto público, como los planes de salud y pensiones.