Las maracas, a veces conocidas como agitadores de rumba, son instrumentos de percusión que tradicionalmente están hechos de una calabaza hueca y rellenos de guijarros, frijoles, semillas, cuentas u otros objetos similares.
De acuerdo con el diccionario Merriam-Webster, la palabra se origina en el idioma portugués, y el primer uso conocido de la maraca fue en 1598. Por lo general, son ovalados o con forma de huevo y tienen un mango adjunto. Las maracas modernas se pueden construir de materiales como madera, cuero y plástico. Sin embargo, los más auténticos y valiosos todavía están hechos de calabazas o vainas de semillas secas. En algunas culturas, como el suroeste de Estados Unidos y el Congo africano, las maracas están hechas de conchas y cestas de tortuga. Casi siempre se juegan en parejas y se sacuden como un sonajero. Pertenecen al grupo de instrumentos identificados como idiophones, principalmente porque son sólidos y sellados. Sin embargo, se diferencian de otros idiófonos, como las castañuelas y los platillos, en que son sacudidos en lugar de ser golpeados con un objeto o unidos. Las maracas son una parte integral de la musicalidad en muchas regiones, incluyendo el Pacífico Sur, África, el Caribe y América del Sur. La música latinoamericana es famosa por el uso de las maracas, lo que las introduce en la cultura pop general.