Nacer en la cúspide de dos signos astrológicos diferentes puede decirse que tiene diferentes efectos en un individuo; según algunos astrólogos, nacer en una cúspide imparte características especiales, mientras que otros pueden decir que simplemente apunta a una personalidad más compleja que combina las características de cada uno de los signos a cada lado de la cúspide. Algunos astrólogos incluso tienen llegó a designar un significado especial para cada cúspide, con nombres como "la cúspide de la belleza" para la cúspide de Virgo-Libra (19-25 de septiembre) y "la cúspide de la magia" para la cúspide de Géminis-Cáncer (17 de junio -23).
Si uno elige seguir a los astrólogos que defienden las características únicas de cada cúspide o aquellos que simplemente identifican estas fechas como una combinación de dos signos parece ser una cuestión de preferencia. Los astrólogos que apuntan a nacimientos de cúspide que indican una combinación de características de dos signos pueden atribuir un significado especial a estas fechas. Por ejemplo, se puede decir que una persona nacida en la cúspide de Capricornio-Acuario (19 al 23 de enero) es obstinadamente imaginativa y se esfuerza por alcanzar una visión específica, que combina las cualidades obstinadas de Capricornio con las capacidades creativas del Acuario. Vale la pena señalar que algunos astrólogos parecen estar en desacuerdo sobre las fechas exactas de lo que constituye una cúspide.