Aunque Bruto no dio razones exactas para asesinar a César, él y los 40 senadores que mataron al dictador lo hicieron colectivamente porque sentían que César era una amenaza para sus propias posiciones en el Senado. César no solo apareció en la moneda del denario sino que fue nombrado por algunos senadores como dictador a perpetuidad. El motivo del asesinato fue desencadenado por las supuestas afirmaciones de la realeza de César.
Bruto comenzó a conspirar contra César después de que él se refiriera a sí mismo, así como a su co-conspirador, como Libertadores. Él y sus compañeros asesinos creían que César quería el control total y la autoridad dictatorial sobre el Imperio Romano. Su poder continuo representaba una amenaza a la influencia que ejercían estos hombres y, por lo tanto, dio como resultado un golpe de estado.
Cuando los amigos en el Senado hicieron de César un dictador, su destino quedó sellado. También fue nombrado padre de su país. El gobernante demostró ser instrumental en la reforma de Roma. Aunque César sirvió solo un año antes de su muerte, transformó el Imperio Romano al aumentar el tamaño del Senado y reorganizar el gobierno local.
Si bien las reformas gubernamentales de César fueron aprobadas por la ciudadanía, sus esfuerzos tuvieron el mismo efecto en algunos miembros del Senado. Muchos de los hombres envidiaban el poder de César y creían que el gobernante era un monarca aspirante.
