Un recuento de linfocitos bajo puede significar que el cuerpo no produce suficientes linfocitos, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. Un recuento bajo también puede significar que los linfocitos se destruyen o se atascan en el bazo o los ganglios linfáticos. También puede existir una combinación de estas causas.
Las condiciones, enfermedades o factores que conducen a un recuento bajo de linfocitos pueden adquirirse o heredarse, explica el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. Adquirido significa que una persona no nace con una condición, sino que la desarrolla con el tiempo. Heredado significa que los padres transmiten el gen para una condición. El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, la tuberculosis, la hepatitis viral y la fiebre tifoidea son todas las enfermedades infecciosas que pueden ser responsables. Los trastornos autoinmunes también pueden llevar a un recuento bajo de linfocitos. Las enfermedades de la sangre y el cáncer de sangre son otros factores posibles. La terapia con esteroides, la quimioterapia y la radiación también pueden ser culpables.
Las condiciones hereditarias que conducen a un recuento bajo de linfocitos son raras, afirma el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. Estas afecciones incluyen el síndrome de Wiskott-Aldrich, la anomalía de DiGeorge, el síndrome de inmunodeficiencia combinada grave y la ataxia-telangiectasia. Una persona también puede tener un recuento bajo de linfocitos sin causa subyacente. Si este es el caso y el recuento es ligeramente bajo, es posible que no se necesite tratamiento. El tratamiento para individuos con una condición que resulta en un conteo bajo consiste en tratar la condición subyacente.