Los resultados del consumo de lejía dependen de varios factores, incluida la concentración y la cantidad de lejía ingerida. Beber una pequeña cantidad de lejía diluida con agua no es probable que cause daño. La EPA recomienda agregar ocho gotas de lejía a un galón de agua para la desinfección en caso de una inundación. Sin embargo, beber lejía directamente de la botella provoca quemaduras en el esófago y envenenamiento potencial.
La lejía doméstica es normalmente un 5,25 por ciento de hipoclorito de sodio. Muchos productos para el hogar que contienen lejía también incluyen fragancias e impurezas. Los síntomas de envenenamiento por hipoclorito de sodio incluyen dolor en la boca y la garganta por quemaduras, así como sensación de arcada. Grandes cantidades de cloro reducen la frecuencia cardíaca y disminuyen la presión arterial, lo que provoca dolor en el pecho. El individuo puede entrar en shock, experimentar delirio o caer en coma.
Si una persona ha ingerido cloro, los observadores deben prestar primeros auxilios y llamar a los servicios de emergencia. No induzca el vómito, ya que expone el esófago y la boca al químico por segunda vez. Las personas que sufren este tipo de envenenamiento deben ir a un hospital. El tratamiento en el hospital incluye un tubo de alimentación a través de la nariz para permitir el vaciado del estómago, la endoscopia para determinar la extensión del daño y la administración de líquidos por vía intravenosa. Incluso cuando un individuo ha ingerido cloro de uso doméstico con fuerza completa, el pronóstico generalmente es bueno, especialmente con la intervención temprana.