Las plantas en maceta generalmente crecen cuando se riegan con agua en lugar de leche. La leche es más viscosa que el agua, y los nutrientes de la leche no benefician a las plantas de la misma manera que benefician a los humanos. La leche también puede provocar el retraso en el crecimiento o la muerte de la planta.
El agua es la sustancia más esencial que las plantas extraen cuando se riega con agua fresca o leche. El agua transporta nutrientes del suelo a la planta y es un ingrediente en la reacción fotosintética que las plantas usan para crear energía. Las proteínas en la leche hacen que sea más espesa y más difícil de absorber que el agua, sin embargo, la leche contiene enzimas, que ayudan a evitar el crecimiento de hongos dañinos de la raíz. La leche puede detener el desarrollo de hongos en las hojas y ayudar a regular el pH del suelo, y también es rica en calcio, que es necesario para el crecimiento de frutas de la familia del tomate y vegetales de hojas verdes como la espinaca.
Los cultivadores caseros recomiendan que la leche se diluya antes de usarla para obtener los beneficios fungicidas y nutricionales de esta sustancia sin ahogar las raíces. El uso de leche sin diluir a menudo puede matar a las plantas, ya que el alto contenido de proteínas, grasas y nutrientes estimula el crecimiento de otras bacterias y hongos perjudiciales para el crecimiento de las plantas, incluso cuando detiene el crecimiento de los microorganismos originales.