La adición de agua azucarada a las plantas suele dañarlas o atrofiar su crecimiento. Las raíces de la mayoría de las plantas no están diseñadas para absorber azúcar; Las plantas generalmente producen todo el azúcar que necesitan a través de la fotosíntesis.
El agua azucarada reduce el potencial osmótico del agua ubicada en el suelo, haciendo que el agua esté menos disponible para las plantas. Esto se debe a que el potencial de agua en las plantas debe ser más bajo que el potencial de agua en el suelo para permitir que el agua fluya desde el suelo hacia la planta.
En algunos casos, el agua con azúcar puede ayudar a las plantas a crecer, aunque cantidades excesivas son perjudiciales. Las plantas que crecen hidropónicamente o en placas de petri necesitan azúcar como fuente de carbono para ayudarles a brotar. Esto es especialmente cierto para las plantas jóvenes y los clones de plantas de tejidos que no pueden producir azúcar de manera efectiva a través de la fotosíntesis.
