Algunas características de las culturas individualistas incluyen otorgar un alto valor a la independencia, favorecer los derechos individuales sobre los objetivos comunitarios y compartir el mismo poder en toda la cultura. El colectivismo es lo contrario de una cultura individualista.
Las culturas individualistas tienden a ser diversas. Cada individuo solo está ligeramente conectado con los demás miembros de la sociedad y se le alienta a desarrollar sus propios puntos de vista y personalidad. Los rasgos individualistas, como la autosuficiencia y la asertividad, se valoran por encima de los rasgos colectivistas, como la fiabilidad y la generosidad. Las culturas individualistas desaprueban las diferencias de poder entre los individuos y valoran la comunicación directa para evitar malentendidos. Los Estados Unidos, Australia, Sudáfrica y gran parte de Europa representan culturas individualistas.