En el poema "La vida está bien" de Langston Hughes, el orador habla de cosas que podría hacer si no existieran otras circunstancias. Por un lado, si el agua del río no estuviera tan fría, él se quedaría y se ahogaría. Si su apartamento no hubiera sido tan alto, podría haber saltado de él y haber muerto.
En la primera estrofa, el orador camina hacia el río, se sienta en la orilla tratando de pensar y luego salta. En la segunda estrofa, salta y grita porque el agua está muy fría. Si no fuera tan frío, podría haberse quedado y muerto. En la cuarta estrofa, el orador toma el ascensor hasta su apartamento del piso 16 y piensa en su amor perdido. Piensa en saltar, pero como está tan alto, simplemente grita y grita.
En la séptima estrofa, decide que, dado que aún está vivo, seguirá viviendo. En la octava estrofa, admite que la gente puede verlo gritar y llorar, pero no lo van a ver morir. En la línea final, el orador declara que la vida está bien. El poema trata sobre un hombre que es capaz de permanecer fuerte en espíritu frente a la adversidad. Al final, el orador elige la vida.
