"El verano de los cisnes" explora la madurez de una niña cuando se enfrenta a la desaparición de su hermano menor y se da cuenta de que sus pequeñas preocupaciones palidecen en comparación con los acontecimientos reales y angustiosos de la vida. Cuando Sara finalmente localiza a Charlie, se da cuenta de la importancia de las relaciones significativas y amorosas.
Sara Godfrey, de catorce años, se queja con frecuencia del "peor verano" de su vida. Ella no es lo suficientemente bonita, sus pies son demasiado grandes y no puede superar un rencor injusto contra un chico llamado Joe a quien ella ha acusado falsamente de robar el reloj de su hermano. Su hermano, Charlie, es un niño de 10 años con problemas mentales que no puede hablar pero entiende mucho de lo que se le dice. Es un niño amoroso, que depende de su familia, especialmente Sara, para cuidarlo.
Sara ama a Charlie, pero sus propias preocupaciones egoístas le impiden brindarle la atención emocional y el apoyo que necesita. Pasa gran parte de su tiempo preocupándose por el aspecto de su cuerpo y resentida con su hermana mayor por ser más bonita.
La madre de los niños está muerta y su padre trabaja fuera del estado, por lo que han estado viviendo con su tía Willie durante años. La tía proporciona comida y refugio, pero es en gran medida inefectiva en sus vidas. Por esta razón, Sara ha tratado de asumir un papel maternal para Charlie, pero sus propios comportamientos inmaduros y egocéntricos a menudo se interponen en el camino.
Cuando un grupo de cisnes aparece en un lago cerca de los bosques cercanos, a Charlie le fascinan y eventualmente se adentra en la espesura, perdiéndose. Este es el punto de inflexión en la novela, cuando Sara se asusta ante la idea de perder a Charlie y, de repente, se da cuenta de que su amor por su hermano es mucho mayor que las preocupaciones infantiles que ha tenido sobre su propia apariencia.
Al final, Sara localiza a Charlie, con la ayuda de Joe a quien ha perdonado, y ahora se siente mucho más vieja y sabia que sus 14 años.