Un material no poroso es uno que no puede absorber líquidos o gases. El vidrio, los metales y los plásticos duros son ejemplos de materiales no porosos.
Los materiales porosos tienen orificios o poros que facilitan el paso de gas o líquidos a través de ellos. Una esponja es un excelente ejemplo de un material poroso. Los materiales semiporosos permiten el paso de ciertos líquidos o gases, generalmente por difusión. Un ejemplo de materiales semiporosos son los utilizados para purificar el agua. La piel humana es también un material semiporoso.
Un material no poroso no deja pasar nada. En general, es demasiado difícil que pasen las cosas y no tiene agujeros para permitir la entrada o salida de sustancias.
