Las plantas no requieren radiación UV del sol. De hecho, puede causar un crecimiento deficiente o la muerte al dañar las proteínas y el ADN. Para mitigar la amenaza, muestran una respuesta compleja activada por una molécula de proteína sensible a los rayos UV.
Los investigadores han identificado un compuesto que puede detectar la presencia de luz UV-B e iniciar un amplio conjunto de acciones defensivas. Esta respuesta involucra la expresión de más de 100 genes, algunos de los cuales gobiernan actividades como la formación de enzimas reparadoras de ADN y otras proteínas protectoras. La investigadora principal de la sustancia química, Elizabeth Getzoff, lo llamó "el equivalente a una planta de ponerse un protector solar".