Un experimento natural en psicología es un experimento psicológico en el que el sujeto se estudia en sus circunstancias naturales, por ejemplo, en su lugar de trabajo en su casa. Los experimentos naturales requieren una intrusión mínima por parte del investigador en el comportamiento que se observa.
Los experimentos naturales son preferibles principalmente porque los datos se consideran más auténticos cuando la intrusión del observador es mínima. Los sujetos del experimento son impactados menos fuertemente por el estudio, reduciendo el riesgo de daño. Los sujetos normalmente no son conscientes de que están siendo estudiados.
Un ejemplo clásico de un experimento natural es el Estudio de Hodges y Tizard, en el que se documentó el desarrollo de los niños desde justo después del parto hasta la edad adulta temprana.