La pantera simboliza diferentes cosas a través de las culturas. En el cristianismo, la pantera representa a Cristo, mientras que algunas culturas nativas americanas lo vieron como una criatura malévola con fuertes vínculos con la guerra. En la mitología griega, Dionisio, el dios del vino, fue amamantado y servido por panteras.
En el cristianismo, el aliento dulce de la pantera que atrae a los animales hacia él simboliza las palabras de Cristo que atrajeron a las personas hacia él después de su resurrección. El abrigo multicolor de la pantera representa las diferentes cualidades de Cristo.
La pantera casi siempre está dibujada con llamas que salen rugiendo de su boca y orejas, representando el olor dulce de su aliento. Esta postura se conoce como "pantera indignada". El rey Enrique VI adoptó a la pantera como un símbolo de su casa, declarando que un rey debe tener tantas cualidades como el abrigo de la pantera tenga colores. Sin embargo, la pantera no siempre es fácilmente reconocible en imágenes; pocos artistas en ese momento habían visto una pantera, por lo que la pantera aparece como un burro y otros animales, reconocibles principalmente por sus llamas.
Algunas tribus nativas americanas representan a la pantera con cuernos para simbolizar su conexión con el mundo espiritual y su inmenso poder. La pantera a veces aparece combinada con otros animales para representar su fuerza y el papel que desempeña en la mitología.