Un ejemplo de una disfunción latente es una acción o un comportamiento que produce un efecto negativo no deseado, como la pérdida de fondos de jubilación por parte de miles de empleados como resultado del colapso de Enron o, como otro ejemplo, el incapacidad de los empleados para ir al trabajo debido a las interrupciones del transporte causadas por un festival. Ambos son ejemplos de resultados inesperados e inesperados, también conocidos como consecuencias latentes, de una acción que, debido a su resultado negativo imprevisto, puede denominada disfunción latente. Un esfuerzo realizado para mejorar una situación que, en cambio, produce un empeoramiento del estado es una disfunción latente.
Una disfunción manifiesta es aquella en la que se anticipan los resultados negativos. Al igual que las disfunciones, las funciones pueden ser manifiestas o latentes. Una función latente es aquella en la que el resultado deseado no se alcanza, pero se obtiene alguna otra forma de bien. Un ejemplo sería una ceremonia de baile de lluvia que no produce lluvia, pero sirve para desarrollar un espíritu de comunidad y un sentido de parentesco entre los participantes.
Las disfunciones dentro de un sistema social, particularmente las disfunciones latentes con sus consecuencias negativas imprevistas, presionan al sistema para que cambie. El análisis y el descubrimiento de funciones y disfunciones latentes dentro de un sistema sociocultural se considera uno de los objetivos más importantes de la sociología. El sociólogo analiza las funciones interrelacionadas dentro de una sociedad de la misma manera que el fisiólogo estudia los diversos órganos del cuerpo humano que actúan como un sistema completo. Este concepto de ver a la sociedad como el equilibrio de las interacciones de sus partes componentes se denomina funcionalismo. Su objetivo es examinar la dinámica de las funciones y disfunciones latentes y, cuando no funcionan de manera cohesiva, idear los medios para restablecer un equilibrio funcional que pueda servir mejor al bien común.