La prueba química para la glucosa es la prueba de solución de Benedict. Esta prueba expone la glucosa a una solución azul clara de sales de sodio y cobre. En presencia de glucosa, la solución se vuelve de color rojo, informa The Science Company.
La solución de Benedict se puede usar para analizar la glucosa, fructosa, maltosa y otros azúcares, pero no para sacarosa. La prueba se lleva a cabo calentando la solución azul y la solución que se está analizando para detectar glucosa a una temperatura de alrededor de 40-50 grados Celsius durante cinco minutos. Si hay glucosa, el líquido cambia de color de azul claro a verde, amarillo o rojo ladrillo, según la cantidad de azúcar presente en la solución, según The Science Company y BBC.