La moraleja de la fábula "Blancanieves" es que el deseo egoísta es peligroso. En este cuento popular, una Reina vana y celosa organiza varios trucos y engaños para matar a su hijastra, Blanca Nieves. a quien el espejo mágico declara es la mujer más bella del mundo. La Reina casi logra matar a Blancanieves ofreciéndole regalos peligrosos o venenosos, pero al final, Blancanieves se salva y la Reina debe enfrentarse a la justicia por su intento de asesinato.
En la historia original publicada por los Hermanos Grimm, la Reina hace cuatro intentos distintos de matar a Blancanieves. Primero, contrata a un cazador para que lleve a la niña al bosque, la mate y le devuelva los pulmones y el hígado como prueba de su muerte. El cazador se apiada de Blancanieves, le permite huir al bosque y, en cambio, devuelve los órganos de un jabalí. Luego, la Reina intenta engañar a Blancanieves con un corpiño que está lo suficientemente apretado como para asfixiarla, un peine bañado en veneno y una manzana envenenada. Blancanieves se salvó del corpiño y del peine gracias a la intervención de los siete enanitos, pero la manzana envenenada la pone en un estado de animación suspendida, como la muerte. Un príncipe viajero la despierta (en el original, debido a un accidente que desplaza a la manzana de la garganta de Blancanieves, y en la película de Disney, debido al poder de su beso para romper el hechizo mágico). Así, mientras que la historia de Blancanieves termina bien, casi la matan porque está seducida por los regalos contaminados de la Reina. Sin embargo, los crímenes de la Reina, por los cuales es ejecutada, están motivados por el deseo egoísta de ser la mujer más bella del mundo. Su vanidad y su narcisismo la llevaron a su caída, estableciendo aún más la moral de la historia.