"Elija algo como una estrella" de Robert Frost es un pedido de confirmación de que el hombre no está solo en el universo. La sorprendente mezcla de religión y ciencia en el poema es una declaración sobre la desesperación de la humanidad por ese descubrimiento.
Según lo explicado por GradeSaver, el comienzo del poema contiene matices religiosos subtextuales. El orador considera a una estrella distante como una entidad piadosa y le ruega que "diga algo". El orador anhela tan profundamente una respuesta que no importa si la respuesta de la estrella tiene sentido. Cualquier respuesta será un consuelo y una confirmación de que el hombre no está solo entre el cosmos.
Un punto de inflexión en el poema se produce cuando la estrella responde: "Quemé". Con la respuesta de la estrella, el orador luego quiere respuestas científicas concretas de la estrella, como su composición elemental, que indica la necesidad profunda del hombre de evidencia sobre la fe ciega.
Al señalar la religión y la ciencia en el poema, Robert Frost muestra la voluntad del hombre de recurrir a cualquiera de los dos sistemas de pensamiento para obtener respuestas definitivas sobre las preguntas fundamentales del universo. Al final, el poema concluye que el único absoluto es el misterio, y que la humanidad, sin embargo, siempre se anclará a algo, ya sea una estrella o un dios.