La integridad personal es una convicción moral innata de oponerse a cosas que no son virtuosas o moralmente correctas. Esto hace que las personas hagan lo que creen que es correcto, independientemente de las consecuencias asociadas con sus decisiones. Las personas con alta integridad personal suelen ser descritas como dignas de confianza, leales, generosas, sabias y maduras.
Algunos ejemplos cotidianos de tener una alta integridad personal son cumplir las promesas, evitar los chismes, permanecer fieles a sus compañeros y evadir la culpa. Estas personas tienden a ser muy racionales, comprensivos y juiciosos al tomar decisiones cotidianas que se afectan a sí mismos y a los demás. La integridad personal se valora en todas las áreas de la vida cotidiana desde el mundo académico, los negocios y las relaciones personales con los demás.