Platón sostiene que la buena vida se vive cumpliendo la función natural que poseen todas las cosas. Platón creía que cualquier objeto, animal u hombre tiene una función natural. Descubrir esa función es el primer paso para vivir la buena vida, y se sigue actuando en esa función.
Dado que la filosofía de la buena vida de Platón se aplica a todas las cosas, algunas funciones son más fáciles de descubrir y actuar que otras. Por ejemplo, una silla tiene una función natural para sentarse. Sin embargo, cuando se trata de la humanidad, Platón sintió que la función natural era más complicada, y requería que el hombre viviera con justicia y lograra la unidad y la armonía.
Platón sintió que el alma del hombre tenía tres partes, que consistía en intelecto, espíritu y valor, y deseos físicos. Cada parte tiene su propia necesidad. Sin embargo, para vivir la buena vida, las necesidades de cada una de las tres partes del alma deben satisfacerse sin interferir con las necesidades de las otras dos partes. Estas necesidades son básicas. Por ejemplo, los deseos físicos del alma se cumplen con la buena salud y la supervivencia.
Alcanzar un nivel de equilibrio es solo el primer paso para vivir la buena vida. Platón sintió que la naturaleza de la humanidad requería algo más que simplemente existir en equilibrio. La naturaleza requiere que un individuo use el intelecto y la razón para buscar la verdad, buscar más conocimientos y buscar la realidad última.