El nicho ecológico de una ardilla es la propagación de semillas. Su función como recolector de nueces, bayas y semillas promueve el crecimiento de muchas plantas y árboles en bosques y parques. Las ardillas también son presas y proveen alimento para muchos depredadores, incluidos zorros, coyotes, halcones y búhos.
Cuando una ardilla recolecta comida para el invierno, la esconde en múltiples lugares. Las bellotas y las semillas de pino se pueden almacenar en pilas ocultas alrededor de la base de los árboles o bajo tierra, y muchas se olvidan en el invierno. A la primavera, estas semillas brotan y nuevas plantas, arbustos de bayas y árboles comienzan a crecer, proporcionando refugio y alimento a una variedad de especies. Ser un esparcidor cumple un papel importante en cualquier hábitat y es un aspecto esencial del ecosistema.
Las ardillas viven en la mayoría de los lugares de la Tierra, excepto en la Antártida y Australia. Los animales viven en una amplia gama de hábitats y se ven comúnmente en granjas rurales y calles de la ciudad. Hay más de 200 especies que varían en tamaño desde el pigmeo africano de 5 pulgadas hasta la ardilla gigante india de 3 pies.
Si bien las ardillas de árboles son la variedad más común, también hay ardillas de tierra, que excavan túneles, y ardillas voladoras, que hacen sus nidos en hoyos de árboles.