Los budistas creen que, después de la muerte, cada persona se reencarna como otro ser. La nueva vida depende de acciones y hechos pasados. El karma desempeña un papel importante en la determinación de lo que les sucede a las personas después de que mueren.
Los budistas creen que todo en esta vida es impermanente, incluido el alma humana. El espíritu vive de una forma u otra basada en las elecciones hechas durante la vida en la tierra. No hay un lugar de descanso final en el budismo porque la religión cree que todos están en un viaje que nunca terminará a menos que se alcance el nirvana. También conocido como iluminación, nirvana es el objetivo final a alcanzar porque es un lugar de tranquilidad perfecta.
Se piensa que el nirvana es imposible de alcanzar, por lo que para la mayoría de las personas, lo mejor que pueden esperar es continuar el ciclo de la vida y mejorar su posición en el mundo cada vez que nacen. Además de regresar como humano o como animal, el infierno y muchas etapas del cielo también pueden alcanzarse dependiendo del karma recibido durante toda la vida. Se enseña a los budistas a no temer a la muerte porque es una experiencia natural que todos deben pasar para pasar de esta vida a la siguiente.
