La Biblia dice que las mujeres que desean ser diaconisas deben ser sobrias al hablar y vestirse, no deben calumniar a los demás ni deben ser indulgentes. Deben ser fieles a los pobres, a la iglesia y a Dios en todas las cosas. Las calificaciones específicas para una diaconisa difieren según la iglesia y la denominación.
Las diaconisas suelen ser mujeres que brindan un ministerio pastoral pero no están ordenadas como pastoras o sacerdotes. La palabra deriva de la palabra griega "diakonos", que significa "sirviente" o "ayudante". La oficina de la diaconisa comenzó en la iglesia primitiva y disminuyó en el siglo quinto en la iglesia latina y en el siglo XII en la iglesia griega. Algunas personas argumentan que el arte cristiano revela que las diaconisas desempeñaban roles de liderazgo central en las iglesias, incluida la administración de la Eucaristía, la enseñanza y el bautismo.
El papel reapareció en el siglo XIX, comenzando en Alemania y extendiéndose entre luteranos y anglicanos. La secularización en Europa debilitó los grupos de mujeres de la iglesia y el movimiento se desvaneció en el siglo XX.
En tiempos contemporáneos, el tema de la ordenación femenina completa se debate ampliamente en muchas iglesias. Muchas iglesias protestantes principales ordenan a las mujeres como ministros y sacerdotes, incluida la Iglesia Metodista Unida y la Iglesia de Cristo Unida. La Iglesia Unida de Canadá ordenó a su primera ministra en 1936.