El perfume fue utilizado por primera vez por los antiguos egipcios, quienes usaban aromas fragantes en ceremonias religiosas. Creían que podían comunicarse con sus dioses mediante el uso de humo perfumado. La palabra perfume se deriva de la frase latina "per fumum", que significa "a través del humo".
Los egipcios también usaban bálsamos y ungüentos perfumados con fines cosméticos. Los primeros musulmanes, chinos e indios también usaban perfumes para propósitos religiosos. El uso generalizado de perfumes con fines cosméticos comenzó durante la Edad Media, cuando los aromas y las especias comenzaron a comercializarse en los mercados internacionales. Eau de Cologne fue inventado en el siglo XVIII por Jean-Marie Farina en Colonia, Italia.