Un secador que no se calienta a veces se debe a un termostato defectuoso de límite alto. Los fabricantes instalan estos dispositivos tanto en secadores a gas como eléctricos para proteger la unidad contra el sobrecalentamiento, pero deben ser reemplazados si activado. La mayoría de los otros problemas de calor dependen del tipo de energía que utiliza la secadora.
Los secadores de gas usan un encendedor eléctrico para encender la llama. Si el encendedor se quema, es necesario instalar un reemplazo. Otras partes potencialmente problemáticas incluyen las válvulas que controlan el flujo de gas y un termopar que apaga el gas si no detecta la cantidad adecuada de calor del quemador.
Los secadores eléctricos a veces dejan de calentar debido a una bobina del calentador de resistencia fallada. Según Easy Appliance Parts, estas bobinas no se pueden reparar y requieren reemplazo cuando fallan. El circuito del temporizador de la secadora o un termostato defectuoso pueden no indicar al elemento que comience a calentar, por lo que el tambor gira sin calentar ni secar la ropa.
Si la secadora está calentando, pero la ropa permanece húmeda al final del ciclo, es posible que la ventilación de escape esté obstruida. La pelusa de la ropa se acumula en los conductos y evita que la humedad se escape. La alta humedad no permite más evaporación en el tambor. Si una secadora requiere más de un ciclo para secar una carga de ropa, el conducto suele ser la causa.