El químico que las garrapatas secreta para ayudarlos a sujetarse a la piel de sus anfitriones irrita la piel del hospedador y puede causar que se forme un bulto, incluso después de que se haya eliminado la garrapata. También pueden producirse bultos cuando las partes residuales del cuerpo de la garrapata se dejan en la piel del huésped.
Para eliminar una garrapata, los dueños de perros deben usar pinzas para agarrar la garrapata justo detrás de su cabeza y lo más cerca posible de la piel del perro. El siguiente paso es dibujar hacia arriba con una presión constante y uniforme para evitar dejar atrás las partes de la boca de la garrapata. Se debe tener cuidado de evitar aplastar el cuerpo de la garrapata, lo que potencialmente libera líquido lleno de enfermedad en la herida de la mordedura. Puede ser útil tener un asistente para sujetar al perro para que la eliminación se pueda realizar con éxito.
Los veterinarios sugieren que los propietarios conserven la garrapata en un frasco lleno de alcohol en caso de que sea necesario para su identificación si surgen complicaciones que requieran atención médica. Los dueños de perros también deben aplicar un desinfectante en el área después de quitar una garrapata y controlar el bulto de su perro durante las próximas 2 a 3 semanas. Si el bulto crece, se inflama, comienza a perder líquido o es doloroso para la mascota, los dueños deben buscar atención veterinaria para el perro